ECOLOGIA POLITICA DE LOS CONFLICTOS AMBIENTALES

En este caso me referiré a los conflictos conocidos como «ambientales» o «socio-ambientales». Esta es una problemática creciente en América Latina, y que generó varias intervenciones en el taller que dicté sobre ecologías políticas en el congreso que sobre esa temática tuvo lugar en Chile.
Con ese fin, les presento una revisión del asunto, publicada hace unos meses en Decursos, la revista en ciencias sociales de la Universidad Mayor San Simón (Bolivia). La definición de conflictos que allí se presenta dice: Es una dinámica de oposiciones, que resultan de diferentes valoraciones, percepciones o significados sobre acciones o circunstancias vinculadas con la sociedad y el ambiente, que discurre como un proceso que se expresa en acciones colectivas, donde los actores en oposición interaccionan entre sí en ámbitos públicos.
Como pueden ver esta es una definición muy distinta de varias de las que usan actualmente en América Latina. Por ejemplo, se diferencia de la Joan Martínez Alier que pone el acento en los lenguajes de valoración, o la de Bebbington y Bebbington, que en realidad es una clasificación de actores antes que una conceptualización del conflicto.
Esta definición restringe los conflictos al ámbito público, y por lo tanto excluye discusiones privadas (o al menos enfretamientos donde una de las partes actúa en la esfera privada). Atiende tanto las prácticas como los entendimientos, valores, sensibilidades y significados sobre temas ambientales. Y obliga a caracterizar a los actores en disputa.
La revisión brinda algunas pautas para el análisis de esos procesos, sus actores, temas, etc. A su vez, clasifica los contenidos temáticos de los conflictos (en el caso de los extractivismos) en tres grandes campos: sobre reformas en la gestión, sobre la compensación e indemnización, y sobre las demandas de reconocimiento y legitimación.
Seguidamente se reconoce que ante problemas similares, hay comunidades en unos países que aceptan emprendimientos de alto impacto ambiental, pero hay otros países donde éstos desencadenan conflictos. Ello obliga a introducir la idea de un «umbral» que separa las opciones entre resoluciones negociadas y aceptación, del rechazo a los emprendimientos. Eso ocurre cuando una comunidad, por ejemplo, no está dispuesta a aceptar impactos ambientales por más dinero que se le quiera pagar.
Como es sabido, uno de los mayores problemas que enfrentamos en la región es la expansión de la idea e ilusión que casi todo es compensable económicamente. Esto tiene profundas implicancias en el estudio de los conflictos ambientales.
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