CONFLICTOS Y VIOLENCIA AMBIENTAL EN BUENOS AIRES

En los temas de ambiente y desarrollo felizmente se publica cada vez más, y vale la pena repasar libros recientes. En este caso comentaré uno sobre los usos de la idea de Naturaleza y la segregación urbana por María Carman, y otro sobre los conflictos por contaminación, por Gabriela Merlinsky, los dos enfocados en Buenos Aires (Argentina).
Estos comentarios inauguran una nueva sección en mi blog: Lecturas. En ella espero compartir noticias y revisiones sobre publicaciones recientes, especialmente de amigos y colegas. Me parece indispensable, además, contribuir a difundir las publicaciones que se realizan desde América Latina y enfocadas en nuestros propios problemas. También deseo apoyar la divulgación de la enorme producción que se ofrece en nuestro continente y a la vez resistir esas manías donde sólo se cita a autores del hemisferio norte, y mejor si publican en inglés.
El primer libro es Las trampas de la Naturaleza. Medio ambiente y segregación en Buenos Aires, 2011, Fondo de Cultura Económica y CLACSO, por María Carman. Esta es una investigación sobre la ideas de naturaleza que son usadas para justificar la segregación social y urbana en la ciudad de Buenos Aires. La autora es doctora en antropología social por la Universidad de Buenos Aires, docente en esa universidad e investigadora del CONICET. Además incursiona en la narrativa (entre sus novelas puedo citar El pájaro de hueso, porque la leí) y en la poesía.
Su libro está centrado en dos estudios de caso sobre las llamadas villas (o villas miseria), ubicadas en la costa sobre el Río de la Plata. Las dos, bajo distintos mecanismos, fueron desalojadas por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires para instalar un corredor de parques costeros invocando razones en parte ecológicas. Un caso se centró en la villa Rodrigo Bueno, ubicada sobre la llamada Reserva Ecológica Costanera Sur, y el otro, al norte, era la villa Aldea Gay, afincada sobre la Ciudad Universitaria y la costa.
El relato de Carman en esos capítulos se recuesta sobre una etnografía que es detallada pero amena, e incluso ilustrada con fotografías. Los habitantes de esas villas fueron desalojados por un Estado que invocaba la recuperación de la naturaleza mientras a sus habitantes se los consideraba indeseables. En eso, el libro se vuelve muy interesante al bucear en los procesos por los cuales se construye la condición de indeseables hasta que se los puede expulsar de los sitios ocupados. Se lo califica como desalojo asistencial en el marco de las políticas de desamparo.
El texto avanza discutiendo estas cuestiones, se las compara con otras circunstancias y se reflexiona sobre el concepto de naturaleza en una ciudad. Además, se agrega otro caso de estudio que aborda una situación muy distinta, un barrio privado, aunque allí se pasa a un tono más ensayístico.
Los conflictos entre una comunidad local y la pretensión de implantar algún tipo de protección son frecuentes en varios países. Los casos más conocidos fueron intentos de imponer medidas de preservación estrictas en territorios de comunidades indígenas. Pero los casos presentados por Carman a cuestiones menos estudiadas, como es un conflicto por la ampliación de áreas de manejo ambiental y el desalojo de asentamientos de grupos pobres y marginalizados. A su vez esos villeros se defendían afirmando que cuidaban a la naturaleza a su manera y que los problemas ambientales en realidad eran responsabilidad de otros grupos sociales.
Son muy interesantes los abordajes sobre la construcción social de la naturaleza, a veces como bien cultural, otras veces como artefacto para el mercado, aunque Carman busca avanzar más allá de esas ideas, explorando cómo se usa ese concepto para potenciar proyectos urbanísticos o cómo cae en luchas de poder en el manejo del territorio urbano.
En efecto, el desalojo de las villas miseria implica la imposición de violencia desde el estado, todo ello legitimado por ideas ambientales como por posturas segregacionistas (por ejemplo, los villeros no merecían vivir en esos sitios, o el menosprecio a gays y travestis en Aldea Gay). En paralelo a la mirada académica de esos asuntos, se nota el apego de la autora a esos villeros que fueron desalojados.
En resumen, estamos ante una obra que aborda una cuestión muy interesante, poco conocida, y útil para explorar otras facetas de una ecología políticas en grandes ciudades.
El otro libro, Política, derechos y justicia ambiental. El conflicto del Riachuelo, Fondo Cultura Económica, 2013, también ofrece un estudio de caso afincado en Buenos Aires. La autora, Gabriela Merlinsky, es doctora en sociología por la Universidad de Buenos Aires y en geografía por la Universidad de Paris 8; además es investigadora en el CONICET y docente.
Este texto gira alrededor de un curso de agua llamado Riachuelo, que cruza el área urbana de la ciudad de Buenos Aires hasta desembocar en el Río de la Plata, y que sufre una terrible contaminación desde hace décadas. Es casi una cloaca a cielo abierto, como indica la autora.
Sobre sus márgenes hay asentamientos muy pobres (villas miserias), pero también todo tipo de conglomerados industriales, incluyendo una “villa inflamable” de plantas petroquímicas, rodeada de sustancias tóxicas. El resto de la ciudad ignoró tanto esa contaminación como a los villeros por mucho tiempo. Ese proceso de invisibilización es uno de los temas que se analiza en detalle en la revisión de Merlinsky.
Esa situación comenzó a cambiar hace algunos años, especialmente a partir de una decisión de la Suprema Corte de Justicia de Argentina, que desencadenó un despertar de la opinión pública ante ese drama y comenzaron a generarse políticas y planes de gestión para enfrentarlo. Esa dinámica es el otro asunto revisado en el libro.
Como puede verse, el eje del texto es un conflicto ambiental. Se describen los actores, sus dinámicas, las políticas y la institucionalidad. Merlinsky entiende que los conflictos revelan, en el sentido de dejar en evidencia, efectos sociales, territoriales, jurídicos e institucionales. Esos componentes son descritos.
Conflictos de este tipo son muy comunes en grandes metrópolis latinoamericanas. Me refiereo a cursos de agua que están muy contaminados, que en sus márgenes viven familias muy empobrecidas, y que toda esa problemática es ignorada o apenas atendida. Por lo tanto, el libro de Merlinsky será interesante para aquellos que abordan problemas similares en otras naciones.
Estamos ante un texto de sociología, con varios pasajes que podría decirse que son propios de la sociología ambiental, aunque tendiendo puentes con otras miradas, como los de la justicia ambiental. El abordaje desde la justicia ambiental apunta a su sentido clásico (los impactos ambientales sobre sectores segregados en los planos sociales, económicos y raciales). El papel del sistema de justicia formal es aquí es muy importante, y contrasta con su incapacidad y debilidad en casos parecidos en otros países.
Se describe el marco ambiental de los cursos de agua en Buenos Aires, y especialmente el Riachuelo, y el problema de su recomposición ambiental. Hay un abordaje detallado sobre el caso judicial que puso en evidencia esta problemática, y como desde allí se pasó a un plan integral de “saneamiento ambiental” para toda la cuenca. Allí aparecen discusiones interesantes que vinculan el marco de los derechos, el papel de las normas y actores judiciales, y las necesarias acciones que debe iniciar el Estado. Se repasa con detalle cómo se organizan los actores, tanto los externos a esa zona, como los que allí viven, las alianzas que se tejen entre unos y otros, y su búsqueda de soluciones concretas.
Es así que este libro es otro aporte muy bienvenido y además muy recomendable, especialmente para quienes están interesados en los conflictos ambientales en grandes ciudades.
Comentarios de Eduardo Gudynas en la sección Lecturas de su blog Acción y Reacción, publicado el 9 de noviembre de 2016. La sección Lecturas comparte revisiones y comentarios sobre libros y otras publicaciones de amigos y colegas.
Me parece muy acertada la invitación a reivindicar los trabajos que se hacen desde nuestraamérica, total desde otras latitudes no vendrán las alternativas de soluciones a nuestros problemas socioambientales. Precisamente esa es la idea, la de revelar lo que se está haciendo desde la investigación para que los tamadores de decisiones tengan en su poder la otra cara de la moneda. Solo así podemos transitar hacia otros derroteros. Hasta hoy la conflictividad sociaombiental es letra muerta. Y una de las causas es que los políticos gobernantes hacen caso omiso a las investigaciones que con mucho sacrificio se realizan en estos ambitos del Sur. Enhorabuena la propuesta.