LAS CIANOBACTERIAS RIEN MIENTRAS EL MINISTRO DE AMBIENTE SE REUNE CON EL FUTBOL
Existen muchos rankings internacionales para evaluar el desempeño ambiental. Algunos son rigurosos y coherentes; otros son un entrevero poco útiles pero jugosos para la publicidad. Saber que Uruguay cayó en uno de ellos, en este 2022, no dice mucho, y del mismo modo, nunca se debió tomar muy en serio cuando encabezábamos otros listados en años anteriores.
“Uruguay natural” fue un invento de marketing y nunca reflejó una condición ecológica del país. ¿Puede llamarse “natural” si todas sus principales cuencas hidrográficas tienen problemas de contaminación? Aunque es muy conocido el deterioro de la cuenca del Río Santa Lucía, lo mismo se repite en el Río Uruguay, el Río Negro y los demás grandes cursos del país. ¿Puede calificarse como “natural” una geografía donde desaparecieron buena parte de sus bosques nativos, y sobreviven algunos, arrinconados y amenazados por la gula parrillera por “leña de monte”? Aún si se considerara que el país era “más” natural veinte años atrás, ha sufrido un deterioro paulatino y sin pausa.
Consideremos dos de las principales medidas ante esta crisis ecológica: regular la agropecuaria para reducir sus impactos, y salvaguardar áreas naturales o menos artificiales como “parques” o “reservas” para preservar la biodiversidad. En esos dos frentes el desempeño gubernamental es muy malo.
El control ecológico sobre la agropecuaria es tan deficiente como contaminados están los ríos y arroyos, y el monitoreo es tan malo como la muerte de abejas y sus colmenas. En cuanto a las áreas protegidas, apenas cubren el uno por ciento de nuestra superficie, y estamos en el último, o entre los últimos lugares, en las Américas y el mundo.
La situación que hoy observamos se debe a la incapacidad e inoperancia de varios gobiernos. En un modo similar a lo que ocurre en educación y seguridad, no es un problema que estalle de un día a otro, sino que se arrastra por largo tiempo. El Frente Amplio tiene muchas responsabilidades en ello, y todos lo sabemos.
El actual gobierno multicolor no sólo no resuelve esos problemas ambientales, sino que su gestión los agrava aún más. Parecería que la coalición tolera que Ciudadanos, del Partido Colorado, lleve adelante un desmantelamiento ecológico.
De un lado, el MGAP (que está en manos de Ciudadanos, del Partido Colorado) ya no oculta la intención de liberalizar los agroquímicos, y resolvió que el registro de sus aplicaciones sean voluntarias, con todos los riesgos e impactos que eso conlleva. Del otro lado, el Ministro de Ambiente (del mismo grupo político) en lugar de detener esa medida, dedica su tiempo a reunirse con los clubes de fútbol Peñarol y Nacional. Entretanto, las cianobacterias festejan.
Artículo, con algunas modificaciones, publicado en el Semanario Voces (Montevideo), 28 julio 2022.