POSTDESARROLLO, DECRECIMIENTO Y EL CAMPO DE LAS ALTERNATIVAS
Días atrás participé de una mesa redonda en España, junto a Carlos Taibo y Yayo Herrero, donde abordamos la crisis del desarrollo contemporáneo, ofreciendo distintas opciones alternativas. El evento, «Postdesarrollo, decrecimiento y relaciones norte-sur«, fue organizado por la Federación de ONGs del Desarrollo de la Comunidad de Madrid (FONGDCAM) y Obra Social Caja Madrid, inaugurando el ciclo de debates Avanzando hacia la ciudadanía global. La jornada fue intensa, y particularmente rica. Seguidamente se reproduce el resumen del evento, preparado por los amigos de la FONGDCAM:
Yayo Herrero, coordinadora de Ecologistas en Acción, situó la idea de decrecimiento en el marco de respuestas a las contradicciones sistémicas de un modelo económico basado en el mito de crecimiento y producción ilimitada. Los mecanismos de valoración que rigen este modelo ignoran tanto los procesos físico-ecológicos que lo soportan como el trabajo femenino de cuidado que garantiza la viabilidad social del sistema.
Frente a la invisibilización de estas tensiones sistémicas del modelo económico y social capitalista, desde la Economía Ecológica se propone “situar el bienestar y la satisfacción de necesidades en el centro de la organización del espacio y el tiempo sociales”, señaló Herrero.
Carlos Taibo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y activista (ver su blog), realizó una aproximación conceptual al decrecimiento, que reivindicó como una respuesta política a la necesidad de modificar las reglas de juego social para reducir los actuales niveles de producción y consumo, en cuyo corazón está la recuperación de la primacía del espacio social compartido. “El decrecimiento, insistió Taibo, se agrega a las contestaciones existentes al capitalismo: cualquier proyecto contestatario actual debe ser antipatriarcal, autogestionario y decrecentista”.
Eduardo Gudynas, Secretario Ejecutivo del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES), contextualizó la propuesta del decrecimiento en el marco del debate sobre el Postdesarrollo, “corriente que apuesta por usar herramientas críticas del postestructuralismo para criticar la visión impuesta sobre el desarrollo, cuestionando los discursos y las instituciones que la han legitimado”.
Desde este enfoque, para Gudynas el decrecimiento debe ir más allá de la reducción física del metabolismo económico, en la dirección que señalan los debates activos en América Latina sobre el concepto del Buen Vivir, replanteando ética y políticamente el vínculo de la sociedad con la naturaleza.
El debate abierto al público se centró en las consecuencias de la propuesta de decrecimiento en relación al capitalismo y las formas de vida actuales en nuestra sociedad, así como en las opciones estratégicas para avanzar en esa dirección. Los participantes en la mesa coincidieron en que el decrecimiento es inevitable. “Antes o después viviremos con menos, señaló Taibo: la decisión está en optar por un proceso ordenado y justo de decrecimiento”. Hasta aquí el reporte de la FONGDCAM.
Puedo agregar que si bien hay muchas coincidencias con las bases conceptuales de algunos propulsores del «decrecimiento», como por ejemplo el francés S. Latouche, en bueno tener presente que muchas de sus críticas y advertencias se venían postulando desde muchos años antes. Hay también muchas concordancias con la abrumadora obra reciente de Carlos Taibo dedicada al decrecimiento, ya que sus propuestas van mucho más allá de una crítica al economicismo, y es respetuoso de las particularidades en el sur. Si bien el énfasis en «decrecer» puede ser entendido para sociedades opulentas, como las de Europa y otros países industrializados, es de mucho más complicada traducción y adaptación a las condiciones latinoamericanas. Explicar el «decrecimiento», por ejemplo, a un grupo de campesinos pobres en América del Sur, tendría pocas chances de fructificar. Finalmente, la actual discusión sobre alternativas al desarrollo en el sur, y en especial el Buen Vivir, introducen elementos muy novedosos que no están presentes en la visión europea del decrecimiento, en especial en el campo de la ética. De esta manera, mi punto en aquella mesa es que bajo la palabra «decrecimiento» hay muchas ideas compartidas, especialmente la ruptura con la obsesión con el crecimiento económico, posiblemente esa no sea la mejor palabra para construir alternativas, al menos en América Latina.
Solo me resta agradecer a José Manual Gómez, de la FONGDCAM, por haber organizado todo esto con profesionalismo y humor.